Endeudarse para costear la educación es parte de la realidad de toda una generación. Por eso, hicimos de esta capítula un testimonio polifónico de distintas mujeres y disidencias para las que endeudarse y estudiar han sido procesos que van de la mano.
¿Quién decide a qué se destina el dinero recaudado en los impuestos? ¿no es la educación una inversión que beneficia a toda la sociedad? En esta capítula narramos la historia de un endeudamiento al que parecen destinadas todas las personas que quieren mejorar sus ingresos y calidad de vida.
Dale play y conoce sus historias ▶️
Las mujeres que recibieron créditos educativos durante 2024 se concentran principalmente en los estratos socioeconómicos 1, 2 y 3. Esto significa que el acceso a este tipo de financiamiento se ha dirigido, en mayor medida, a la población de menor nivel de ingresos. Icetex.
Escucha las demás entradas de nuestra especial «Endeudadas: la cara oculta del trabajo doméstico»
«No es solo la deuda, es tener que levantar a los hijos»
Aura es una mujer campesina de 61 años que no cuenta con una pensión. Tras separarse del padre de sus hijos, tuvo que empezar a construir de nuevo la estabilidad económica que perdió en medio de su relación.
«Me aterra llegar a los 60 con una deuda que adquirí a los 30»
Diana* es una mujer profesional, atrapada en una relación violenta, que enfrenta sola préstamos bancarios y deudas familiares adquiridas no solo para gastos personales, sino para el sostenimiento de su hogar.


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